Madrid contra el cambio climático
El pasado domingo 1 de noviembre se celebró en Madrid un paseo ciclista con el objetivo de difundir la importancia de la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático que se celebrará el próximo mes de diciembre en Copenhague.
La idea, en sí, es buena, como demostró el masivo apoyo que los madrileños hicieron del evento, pero, como siempre, pecamos de falta de organización.
La carrera empezó 15 minutos tarde, lo cual es insignificante con el hecho de que nos obligaron a parar en 2 ocasiones porque teníamos que dar paso a los coches... tiene guasa que en una carrera para reivindicar el freno de las emisiones de CO2 tengamos que dejar pasar a los coches. Gritos de "¡Tengo una corazonada!", risas y abucheos generalizados contra el policía que nos detuvo, que seguramente no tiene la culpa... ¡pero alguien tiene que chupar, digo yo!.
Por otra parte, el ambiente general fue muy bueno, y cuando acabamos, nos regalaron una bolsa de avituallamiento, con su botellita de agua, su bidoncito para bici, su panfletito ecológico de marras y un paquete de 6 panes de pita integrales sin nada dentro (¿?), cortesía de una de las empresas patrocinadoras... ¡Ah, y un perrito caliente!.
La vuelta a casa fue estupenda. Todas las calles de Madrid plagadas de ciclistas de todas las edades, estampa que se ve a diario en otras ciudades europeas y que nosotros, por desgracia, de momento no podemos tener por la cantidad de cafres que hay aquí. Ojalá lleguemos a ver treinta o cuarenta bicis aparcadas todas juntas junto a una acera, como en Roma o en Berlín. ¡Y mira que son cafres al volante los italianos!, pero respetan a las bicis y eso propicia una alternativa al coche... por no hablar de los combustibles alternativos a nivel particular, como el GPL, que se ven en Europa y aquí no...
La idea, en sí, es buena, como demostró el masivo apoyo que los madrileños hicieron del evento, pero, como siempre, pecamos de falta de organización.
La carrera empezó 15 minutos tarde, lo cual es insignificante con el hecho de que nos obligaron a parar en 2 ocasiones porque teníamos que dar paso a los coches... tiene guasa que en una carrera para reivindicar el freno de las emisiones de CO2 tengamos que dejar pasar a los coches. Gritos de "¡Tengo una corazonada!", risas y abucheos generalizados contra el policía que nos detuvo, que seguramente no tiene la culpa... ¡pero alguien tiene que chupar, digo yo!.
Por otra parte, el ambiente general fue muy bueno, y cuando acabamos, nos regalaron una bolsa de avituallamiento, con su botellita de agua, su bidoncito para bici, su panfletito ecológico de marras y un paquete de 6 panes de pita integrales sin nada dentro (¿?), cortesía de una de las empresas patrocinadoras... ¡Ah, y un perrito caliente!.
La vuelta a casa fue estupenda. Todas las calles de Madrid plagadas de ciclistas de todas las edades, estampa que se ve a diario en otras ciudades europeas y que nosotros, por desgracia, de momento no podemos tener por la cantidad de cafres que hay aquí. Ojalá lleguemos a ver treinta o cuarenta bicis aparcadas todas juntas junto a una acera, como en Roma o en Berlín. ¡Y mira que son cafres al volante los italianos!, pero respetan a las bicis y eso propicia una alternativa al coche... por no hablar de los combustibles alternativos a nivel particular, como el GPL, que se ven en Europa y aquí no...
Comentarios
Da gustito saber que la gente se mueve por estas cosas, que aunque parezcan vanas, dan muestra de que queremos un planeta un pelín menos sucio.
Mi apoyo total...avísame para la próxima en monopatín.
:p