El infierno al alcance de todos

La Iglesia Católica ha incorporado nuevos pecados a su credo. Parece ser que no teníamos bastante con el Pecado Original (más parece una nueva receta de salsa Heinz que algo chungo), heredado de Adán por la puta manzana... Eso o que en realidad Dios ya nos ha absuelto de tirón porque el pecado ha prescrito dado que han pasado unos miles de años.

Los nuevos pecados se circunscriben a faltas sociales más que contra la divinidad, como dice Monseñor Girotti:

Uno no ofende a Dios solo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo, sino también cuando uno daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y manipulación genética, acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas, y ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social.

Algunos de los pecados son inevitables:

No contaminarás: Tachar de pecado la contaminación es como si la iglesia prohibiera la tele, aunque estimo que lo que pretenden es que contaminemos lo menos posible, más cuando después de cada cónclave fallido sueltan un humo negro y al elegir Papa, blanco, a base de agentes químicos que no deben ser nada buenos para la atmósfera.

Fomentarás la igualdad social y no te enriquecerás generando pobreza: En lo tocante a no enriquecerse... ummmm... Bueno, pues nada, que el Papa comience a subastar su vestuario, puesto que se lo hacen a medida con las telas de mejor calidad, y que reparta los beneficios entre los países más pobres.

Así que ya sabéis, a separar la basura, a utilizar solo el metro, y a no ventosear, que el metano también contamina. ¡¡¡Y nada de hacerse cositas en los cromosomas!!!. Si te quieres tocar los cromosomas te pones un condón. ¡Ah no, que eso también es pecado!... Bueno, los experimentos con gaseosa.